¿Acoso o desconocimiento?

En esa ocasión me quiero referir a este artículo publicado el pasado 6 de junio https://www.infobae.com/america/colombia/2022/06/06/que-pasa-si-una-persona-con-autismo-persigue-y-espia-a-una-mujer/?outputType=amp-type, el cual está acompañado de una imagen que a mi criterio deja un mensaje equivocado y estigmatizante. (un grupo de mujeres, una de ella levanta un letrero que dice «Ni una menos»).

Según esta publicación, una mujer se sintió acosada por un vecino que la miraba constantemente y al parecer estaba atento a los horarios en que la joven salía de su apartamento, lo que a ella le genero temor. Al comentarle a su hermano deciden llamar a policía, cuando esta acude al apartamento de su vecino, se enteran de que él tiene autismo.

Durante el relato se habla de niveles de autismo, de enfermedad mental, de acoso, de inimputabilidad, etc., también consultan con profesionales especializados para entender más sobre el autismo y la situación presentada. Me llama la atención que nunca se preguntan o se refieren a como se siente el hombre con autismo, es importante conocer o indagar sobre cómo es esta persona, como se comunica, que le puede haber generado estas actitudes ante la señorita en mención, entre otros detalles.

El autismo, también conocido como trastorno del espectro autista (TEA), se hace presente en la infancia y acompaña a la persona durante curso de vida, afectando la comunicación y la interacción social, así mismo puede estar acompañado de intereses repetitivos y restringidos. Es importante resaltar, que la condición del TEA no puede limitarse a una visión clínica de trastorno o una forma anómala del desarrollo, sino que, por el contrario, como una expresión de la diversidad humana; en la cual la persona transita una ruta diferente en el proceso de construcción socio cultural.

¿Se puede entender la situación que se describe en la publicación como acoso? quizás el hombre con autismo quería interactuar con su vecina y no supo cómo hacerlo, lo que a ella le generó temor y preocupación, más aún al no conocer y comprender sobre la condición de él. Quizás el jóven no logra aproximarse a una mujer de manera acertada y por esto actúo de esta manera. Estas situaciones son difíciles de comprender, en muchos casos, sin intención estigmatizan y excluyen a las personas con autismo.

También es importante reflexionar sobre los sentimientos de la familia, cómo se puede leer en la publicación, la persona que vive con el jóven, dice ser su cuidadora y se molesta frente a las acusaciones que se hacen.  Las familias vivimos situaciones en las cuales se malinterpreta o se asumen actitudes por los comportamientos de nuestros hijos; esto genera temor e impotencia a causa de comentarios equivocados, como en este caso, la persona con autismo fue acusada de un supuesto delito. Asimismo, la noticia se refiere al tema de la inimputabilidad, se sugiere o se plantea la existencia de un delito que el hombre con autismo tuviera que aceptar. Mas allá de configurar o no un delito, es fácil referirse a personas con alguna condición, en este caso autismo, como posible responsable sin considerar siquiera interactuar con ella, o conocer un poco más sobre sus particularidades, simplemente se plantea que el joven podría enfrentar: «permanecer aislado  e institutos mentales o en supervisión bajo terapia», una medida que vulnera totalmente los derechos humanos, hubiera sido importante consultar lo que contempla la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas (CDPCD), en su artículo 15, Protección contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. La publicación también refiere la necesidad que un profesional experto valide la condición de la persona, seguimos parados desde un modelo médico, en el cual el profesional de la salud es quien emite un diagnóstico y partir de este se toma una decisión o se llega a una conclusión. Hoy Colombia como Estado que ratifico la CDPCD, transita hacia un modelo social de la discapacidad en el cual, es la persona, la primera que debe ser consultada y a quien se le deben proveer los apoyos y los ajustes necesarios para que se le garantice el derecho a la comunicación, conocer su historia de vida, y su red de apoyo familiar o comunitaria. En todo caso, esta publicación nos deja clara la necesidad de seguir trabajando en campañas de toma de conciencia sobre lo que es el autismo, no como una categoría diagnóstica, sino desde las particularidades de la persona que lo presenta, e identificar como el entorno debe dar respuesta a sus necesidades, para garantizar una vida plena en la comunidad.

Quiero terminar, manifestando la necesidad de que los medios de comunicación, los abogados y los operadores de justicia profundicen sobre estos temas, es necesario generar contenidos veraces y confiables. Es fundamental ir a las fuentes directas para conocer o corroborar la información, de igual manera emitir conceptos y actuar respetando los derechos de las personas indistintamente de su condición. Un contenido como el que estoy referenciando, generará en las familias y en sus hijos, angustia, impotencia y temor y los más preocupante contribuye a que se mantengan mitos y estereotipos que terminan excluyendo a las personas con autismo de una vida en la comunidad.

Betty Roncancio
Directora Lica

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